La metamorfosis de dioses y hombres en diferentes animales es común en
la mitología griega. Estas transformaciones permiten a los dioses
conseguir sus objetivos.
Dioses y hombres se transforman en distintos animales en muchos de los mitos griegos,
pero no lo hacen en condición de igualdad: Los dioses son los únicos
que pueden decidir su propia transformación, mientras que en los
mortales el cambio de forma viene impuesto, es la manera que tienen los
dioses de ayudarles o castigarles.
Así, la benevolencia mueve a los dioses a transformar a Procne en
golondrina, y en ruiseñor a Filomela, para que puedan escapar de Tereo
que quiere asesinarlas. El caso contrario lo protagoniza Licaón, cuyo
castigo es ser convertido en lobo por haber dado de comer carne humana
a Zeus, cuando éste requirió su hospitalidad.
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